Los aceites esenciales incorporan las propiedades regenerativas, protectoras y de defensa inmunológicas de las plantas.
Los componentes de los aceites esenciales tienen un tamaño molecular pequeño y también son liposolubles, lo que permite que muchos de ellos penetren fácil y rápidamente en la piel. La liposolubilidad de los aceites esenciales también les permite penetrar las paredes celulares aun si se han endurecido a causa de una deficiencia de oxigeno. De hecho, los aceites esenciales pueden afectar cada célula del cuerpo en veinte minutos y luego ser metabolizados como otros nutrientes.
Los aceites esenciales son antioxidantes muy poderosos. Los antioxidantes neutralizan o extinguen los radicales libres. Los radicales libres son átomos que contienen por lo menos un electrón sin aparear y que son elaborados de forma natural por el cuerpo durante el metabolismo. El cuerpo utiliza los radicales libres para desempeñar funciones importantes en la transcripción de genes, señalización celular y otras funciones reguladoras. Los radicales libres también pueden ser generador por factores ambientales como la contaminación, la radiación y el humo del tabaco. En estos casos, los radicales libres superan en numero a los antioxidantes naturales del cuerpo y pueden provocar lesiones y muerte celular. Este desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes se denomina estrés oxidativo y se produce cuando los antioxidantes no pueden neutralizar los radicales libres.
Si un radical libre no se maneja adecuadamente, puede provocar un daño de efecto domino al generar nuevos radicales libres a partir de átomos normales. Las consecuencias del estrés oxidativo pueden incluir daños a las proteínas, el ADN y los tejidos y también la aparición de una serie de enfermedades humanas. Se ha demostrado que los aceites esenciales, los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en el aceite de pescado, y determinadas vitaminas actúan como inhibidores de la generación de radicales libres y pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y la producción nociva de radicales libres, ayudando al cuerpo a combatir enfermedades y daños.
Muchos componentes de los aceites esenciales tiene propiedades antibacterianas, antimicóticas, antiinfecciosas, antimicrobianas, antitumorales, antiparásitos, antivirales y antisépticos. Los aceites esenciales han demostrado destruir muchas bacterias y virus nocivos mientras que simultáneamente fortalecen al sistema inmunológico.
Algunos aceites esenciales pueden ayudar al hígado a desintoxicar la sangre. Por ejemplo, se ha demostrado que los componentes del aceite esencial de romero inducen la actividad enzimática en el hígado lo que sugiere la posibilidad de un aumento en la capacidad para eliminar toxinas.
Los aceites esenciales son volátiles, aromáticos y poseen una poderosa actividad microbiana. Cuando se los vaporiza, algunos aceites esenciales, entre ellos la menta, generan propiedades antimicrobianas mas fuertes que cuando se los utiliza en la fase líquida. Este aumento de la acción microbiana se produce por que los aceites esenciales vaporizados se combinan con iones negativos en el aire para una purificación y desinfección sinérgica del aire. Además, los aceites esenciales llenan el aire con una fragancia fresca y aromática y eliminan los malos olores.
Los aceites esenciales ayudan a promover la curación emocional, física y espiritual.
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